La asesoría legal es indispensable para la participación en el mercado: ni preventiva ni correctiva

Todo proyecto (empresa) nace con una idea. Con el tiempo, y dependiendo de la proyección que se tenga sobre la idea, se le van sumando un conjunto de elementos que se espera la desarrollen de la mejor manera posible, la sustenten para comercializarla y la sostengan para que sobreviva en el mercado.

Con independencia de los elementos de fondo y característicos de cada uno de los proyectos individualmente considerados, existe un conjunto base de cosas que sin duda alguna deben ser tenidos en cuenta al momento de comenzar a trabajar sobre una idea; los aspectos legales, al parecer, no están en la actualidad, dentro de ese conjunto esencial de cosas imprescindibles.

Culturalmente se ha entendido la asesoría jurídica como una herramienta que permite la solución de contingencias; y con el avance y el auge de la innovación, se ha llevado a considerar a la asesoría jurídica como una herramienta, también, de prevención, que lo que permite es blindar a los empresarios en su participación dentro del mercado. Sin embargo, aunque ambas concepciones son ciertas, ninguna de ellas, ni las dos juntas, son suficientes.

Esta forma de entender la asesoría jurídica ha llevado a crear una brecha que aísla los aspectos legales de la gestión integral de los proyectos, lo que no solo genera ineficiencias en los procesos, sino que limita su potencial de acción.

La asesoría jurídica en el desarrollo de un proyecto es casi tan importante como la idea misma: permite diseñar, proyectar y construir, de la forma correcta y más eficiente, la estructura sobre la que se va a trabajar y su posterior explotación económica.

La identificación y protección de los derechos de autor, de las marcas y diseños que puedan derivarse de una idea; el manejo de la información confidencial; la correcta celebración de contratos con quienes se involucren con el proyecto y la correcta selección del esquema de trabajo­, son solo algunos de los aspectos imprescindibles en la realización y gestión de un proyecto; no solo porque prevén y evitan contingencias, sino porque a través de éstos se crea una base que permite una participación solida en el mercado, y de frente a la competencia, al tiempo que se construye un conjunto de activos intangibles que permite una mayor explotación económica.

Con independencia del sector de la industria en el cual se pretenda realizar un proyecto, los aspectos que se deben tener siempre en cuenta son los siguientes:

  1. La viabilidad de la idea en relación con las normas que regulan el sector dentro del cual se quiere participar;
  2. La estructura societaria de acuerdo con el proyecto a realizar y la proyección de éste;
  3. La estructuración contable y fiscal;
  4. Los derechos de Propiedad Intelectual;
  5. Las normas sobre publicidad y competencia.

Beatriz Carreño Tamayo